Aquí tenéis el primero.
El Gran Viaje
Había una vez un extraterrestre que se llamaba Tomy. Era
un ser de peso medio y de mediana estatura, de color azul. Además tenía dos
cabezas y púas en las cabezas. Le gustaba vestir con ropa cómoda. Tomy vivía en
un pequeño planeta que se llamaba Sifón, en una galaxia muy lejana y
desconocida para nosotros. Todos los habitantes de allí eran tranquilos y
pacíficos. Lo que más les gustaba era escuchar música galáctica.
Un día Tomy decidió irse en su nave espacial, que tenia
forma de ovni y era de color rojo. Quería explorar algún planeta desconocido
para ellos. Todos sus familiares y amigos le dijeron que aquello era una
locura. Pensaban que no debía hacerlo porque era demasiado peligroso. Pero
nuestro extraterrestre, ya había tomado su decisión: les explico a todos que no
debían preocuparse porque le habían hecho una revisión en el taller. Y se fue a
por su equipaje, ropa y su bolsa de aseo. Cuando lo tuvo al lado de la nave, se
despidió de los demás frotándoles las orejas.
Después de varios meses de viaje, nuestro amigo decidió
posar su nave en un satélite de un planeta. Más tarde se enteraría de que se
llamaba Flixón. Cuándo bajó de la nave, un montón de seres extraños lo estaban
observando. Eran muy delgados y de color azul. En cuanto vieron a Tomy bajar de
la nave, los habitantes se escondieron. Pero entonces, nuestro amigo les mostró
que no llevaba armas y les puso música. Después, uno de ellos sacó una extraña
máquina que podía traducir todos los idiomas. Así, se pudieron entender muy
bien. Al rato, todos estaban muy contentos de la visita. Tanto que al final
unos cuántos extraterrestres le acompañaron en su viaje.
Escrito por Jesús Simarro Álvarez
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